La administración Trump tomó la decisión de despedir a 20 jueces de inmigración sin proporcionar ninguna justificación oficial el viernes (14), según información publicada por Associated Press. La medida es parte de un conjunto más amplio de acciones destinadas a reducir el tamaño del gobierno federal. El viernes temprano, 13 jueces que aún no habían asumido sus cargos y cinco jueces principales adjuntos fueron despedidos abruptamente, según informó Matthew Biggs, presidente de la Federación Internacional de Ingenieros Profesionales y Técnicos, que representa a los trabajadores federales de la agencia de noticias. Además, la semana anterior otros dos jueces habían sido destituidos en circunstancias similares.

Hasta el momento, no hay información sobre si estos jueces serán reemplazados. La Oficina Ejecutiva de Revisión de Inmigración, que opera dentro del Departamento de Justicia de Estados Unidos y gestiona alrededor de 700 jueces de tribunales de inmigración, no proporcionó ninguna respuesta a las solicitudes de aclaración sobre los despidos.

Los tribunales de inmigración enfrentan un enorme retraso, con más de 3,7 millones de casos pendientes, según datos de la Syracuse University. Este cuello de botella significa que las decisiones sobre las solicitudes de asilo tardan años en completarse. En diferentes círculos políticos existe consenso sobre la necesidad de aumentar el número de jueces y personal de apoyo para hacer frente a esta sobrecarga. Sin embargo, la primera administración Trump ya había tomado medidas para presionar a los jueces para que aceleraran los juicios.

La administración también hizo cambios en el liderazgo del tribunal de inmigración, reemplazando a cinco altos funcionarios, incluida Mary Cheng, que se había desempeñado como directora interina. Sirce Owen, quien asumió el puesto de liderazgo y anteriormente fue jueza de apelación de inmigración, emitió nuevas pautas que revirtieron varias políticas adoptadas durante la administración Biden. Además, el mes anterior, el Departamento de Justicia había recortado los fondos a organizaciones no gubernamentales que brindan apoyo y orientación a inmigrantes que enfrentan la deportación, pero luego revocó la decisión luego de una demanda presentada por una coalición de grupos sin fines de lucro, según la publicación.

Los despidos de jueces de inmigración reflejan dos de las principales prioridades de la administración Trump: la implementación de deportaciones a gran escala y la reducción del sector público. En una medida aún más amplia, el gobierno ordenó el jueves (13) a las agencias federales despedir a casi todos los empleados que todavía estaban en período de prueba y que no tenían estabilidad en el servicio público, lo que podría afectar a cientos de miles de trabajadores, ya que en esta categoría se incluyen los empleados con menos de un año en el cargo.

Biggs dijo que no estaba seguro de si la decisión de despedir a los jueces tenía como objetivo enviar un mensaje político sobre la inmigración, pero describió la medida como parte de una acción más amplia contra toda la fuerza laboral federal. Criticó duramente la actitud del gobierno, afirmando que los empleados son tratados sin tener en cuenta su condición humana y que la situación es grave en todos los aspectos.