Representantes de México, Brasil, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Venezuela y Belice se reunieron en la Ciudad de México y emitieron una declaración conjunta apelando a los países del continente a respetar el derecho internacional y los derechos humanos en los asuntos migratorios.
El documento final enfatiza la necesidad de abordar la movilidad humana con un enfoque humanista, rechazando la criminalización de los migrantes en cualquier etapa del proceso migratorio. Aunque no menciona directamente a Estados Unidos ni a Trump, el contexto de las discusiones responde claramente a preocupaciones sobre posibles medidas coercitivas, como amenazas de deportaciones masivas. Además, los cancilleres y viceministros presentes se comprometieron a intensificar la cooperación regional, compartir información y combatir la trata y el tráfico de personas, buscando proteger los derechos fundamentales de los migrantes, independientemente de su estatus migratorio.
Durante el encuentro, el canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, destacó los inminentes cambios en Estados Unidos y enfatizó la necesidad de una preparación conjunta para enfrentar los desafíos migratorios. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, expresó su apoyo a la continuación de los programas de cooperación regional iniciados por su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, destinados a atacar las causas estructurales de la migración. Estos programas, coordinados por la Agencia Mexicana para la Cooperación y el Desarrollo (Amexcid), recibieron importantes inversiones y se expandieron a varios países de América Latina y el Caribe, según el artículo de Associated Press.
La declaración final también rechazó las medidas coercitivas unilaterales que dañan a poblaciones enteras, especialmente a las más vulnerables, y pidió que se abolieran dichas medidas. El encuentro reforzó la necesidad de colaboración entre los países de América Latina y el Caribe y la importancia del alineamiento estratégico para responder a posibles políticas de Estados Unidos.
El evento refleja una creciente preocupación por
los flujos migratorios en la región y la urgencia de soluciones colectivas.
México, que históricamente ha sido uno de los principales puntos de tránsito de
migrantes que se dirigen a Estados Unidos, busca liderar un esfuerzo regional
para proteger los derechos humanos y garantizar una gestión migratoria que
respete la dignidad de las personas. Así, el encuentro reafirma el compromiso
de los países participantes de promover políticas migratorias más justas y solidarias
basadas en los principios del derecho internacional.