Desde que asumió el cargo en 2015, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha iniciado una serie de acciones controvertidas dentro de su administración para frenar la inmigración ilegal, incluido el lanzamiento de la Operation Lone Star en marzo de 2021 a través de una orden ejecutiva. Esta operación serviría para aumentar la seguridad a lo largo de la frontera entre Texas y México al proporcionar fondos a las ciudades fronterizas que buscan fortalecer la seguridad mediante la emisión de una declaración de desastre designada como “crisis fronteriza”. La Legislatura de Texas ha dedicado casi $2 mil millones a la empresa.

Abbott declaró 53 condados como áreas de desastre debido a la inmigración ilegal y envió tropas estatales, jefes de policía y la Guardia Nacional para arrestar, detener y procesar a las personas por cargos criminales de entrada ilegal, como ya informamos aquí. De los condados fronterizos, 21 tienen poblaciones de mayoría latina. “Los condados de mayoría blanca en o cerca de la frontera han visto un aumento del 60% en la cantidad de soldados. Entre los condados de mayoría latina en la frontera o cerca de ella, ese aumento fue del 92 %”, según NBC News.

Además, aquellos que viven en condados de mayoría blanca cubiertos por la declaración de desastre se beneficiaron de menos advertencias y citaciones que sus contrapartes de mayoría latina. Las citaciones aumentaron 12 veces en los condados que declararon desastres: todos en o cerca de la frontera y todos de mayoría latina.

Según el análisis de NBC, “los despliegues de tropas estatales aumentaron en los condados fronterizos de Texas, y el número de tropas casi se duplicó de 2019-2020 a 2021. Los mayores aumentos se produjeron en los condados fronterizos donde los latinos eran mayoría; los aumentos en los condados fronterizos de mayoría blanca fueron mucho menores, si es que los hubo. [...] En el condado de Kinney, donde Brackettville es la sede del condado, las citaciones se han más que cuadruplicado, de 1400 en 2019-2020 a más de 6800 en 2021-2022, más que en cualquier otro condado de Texas. El número de policías que trabajan en este municipio de 3.674 habitantes casi se ha triplicado, de 14 a 41 […]”.

Con el aumento de la represión en la frontera, los pobladores comenzaron a denunciar la pérdida de libertades civiles al ser detenidos – según ellos mismos civiles y por organizaciones de derechos civiles, por razones cuestionables – e interrogatorios y registros realizados por autoridades policiales sin causa probable. Algunos dicen que temen por su seguridad, ya que las persecuciones a alta velocidad de los soldados han causado muertes en la región.

“Las paradas, sin embargo, son cada vez más vistas por los residentes como dirigidas a latinos o personas que encajan en un estereotipo. Muchos oficiales son de otras partes del estado con poblaciones latinas más pequeñas, aunque hay soldados hispanos en la Operación Lone Star. Las paradas de tráfico de los soldados y otros aspectos de la operación provocaron llamadas de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles y del Proyecto de Derechos Civiles de Texas para una investigación del Departamento de Justicia sobre la práctica de violaciones de los derechos civiles del Departamento de Seguridad Pública (DPS, por sus siglas en inglés)”, según NBC.

Algunos grupos de libertades civiles se quejaron ante el fiscal general Merrick Garland de que los funcionarios del DPS estaban realizando paradas de tráfico dudosas y discriminando a los conductores. Dijeron que vincularon las persecuciones de vehículos del DPS en el sur de Texas con 30 muertes desde que comenzó la operación de Abbott. El Texas Tribune y Pro Publica obtuvieron registros estatales en los que las autoridades federales están investigando denuncias de discriminación que involucran a la iniciativa multimillionaria fronteriza del gobernador Greg Abbott.

Abbott se enfrenta al demócrata Beto O'Rourke en su candidatura a la reelección este año, y una encuesta reciente de la Quinnipiac University mostró que O'Rourke se está acercando al republicano. Aún así, Abbott sigue siendo un gran favorito en la carrera, en gran parte impulsado por el continuo crecimiento económico del estado.