Un segundo autobús con inmigrantes de Texas llegó a Filadelfia la mañana del 21 de noviembre. Se trata de una secuencia de llegadas observada en apenas seis días en la ciudad, que tuvo que improvisar la recepción de viajeros que no saben lo que les espera.

Según el Texas Tribune, los defensores de inmigración dijeron que el autobús con unos 48 pasajeros de habla hispana iba enviado por el gobernador Greg Abbott. "El autobús aterrizó frente a la estación de la calle 30 en temperaturas bajo cero, recibido por más de 20 líderes inmigrantes, funcionarios de la ciudad y voluntarios, algunos de los cuales esperaron horas para ayudar a saludarlos".

Poco después de que llegara el autobús a las 9:45, Abbott tuiteó que “Texas ha transportado a más de 13,500 migrantes a ciudades santuario”, y marcó el números que incluyen 8400 para Washington, DC; 3.800 para la ciudad de Nueva York; 1.200 a Chicago; y el lunes, casi 100 a Filadelfia. El 23 de noviembre, tuiteó nuevamente que “el segundo autobús lleno de inmigrantes llegó a Filadelfia. El incumplimiento continuo del deber del presidente Biden ha obligado a Texas a intensificar los esfuerzos de seguridad fronteriza. Seguiremos protegiendo a nuestro país de las peligrosas políticasde fronteras abiertas de Biden”.

Los defensores locales creen que podrían llegar más autobuses pronto y dicen que están listos para ofrecer una bienvenida cálida y segura.

“La mayoría de las llegadas el lunes fueron hombres. Todos a bordo cruzaron la frontera de México a Texas y todos pueden estar en los Estados Unidos, al menos por ahora. Los viajeros procedían originalmente de Nicaragua, Cuba, Ecuador, Perú y República Dominicana. Alrededor de 30 pasajeros fueron trasladados rápidamente a un autobús de la Autoridad de Transporte del Sudeste de Pensilvania para ser trasladados a un centro de bienvenida de la ciudad en el norte de Filadelfia. Allí recibirían bebidas adicionales, comida, pruebas médicas y albergue temporal”, según el Texas Tribune.

El primer autobús enviado por Abbott había llegado días antes a la operación, que describió como un esfuerzo por brindar "el alivio que tanto necesitan" las comunidades fronterizas de Texas. El alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, un demócrata, calificó la medida como un golpe político despreciable que utilizó a las familias inmigrantes como peones para impulsar una "agenda política distorsionada".

“Desde el verano, la Oficina de Asuntos de Inmigrantes y la Oficina de Manejo de Emergencias se han estado preparando para la posible llegada de migrantes en rutas de autobús no programadas e imprevistas desde los estados del sur. Estas agencias se reunieron regularmente con 15 organizaciones comunitarias locales, incluidas Juntos, HIAS Pennsylvania, la Pennsylvania Immigration and Citizenship Coalition y Nationalities Service Center, según la misma publicación.

Los voluntarios en Filadelfia dieron la bienvenida a los recién llegados del segundo autobús en el centro de bienvenida con comidas exclusivas, incluidas arepas y empanadas, y los ayudaron a conectarse con la familia y los recursos legales. La mayoría de los inmigrantes no tenían planes de quedarse en Filadelfia, sino de mudarse para reunirse con sus familiares en otros estados.