El autor Héctor Tobar habló con la periodista Deepa Fernandes en un artículo para WBUR, una organización de noticias sinfines de lucro, sobre su nuevo libro, titulado “Nuestras almas migrantes: una meditación sobre la raza y los significados y mitos de 'latino'”.

El libro explora lo que significa ser llamado latino, contando historias que Tobar ha escuchado y sus propias experiencias.

El autor comienza discutiendo cómo las narrativas del imperio y la injusticia son comunes en la niñez en los Estados Unidos. Los niños consumen historias de élites poderosas que viven en torres de piedra y ciudades amuralladas, enfrentándose a pequeños y débiles héroes que luchan contra el poder. Estas historias resuenan porque reflejan las memorias colectivas de las personas en un mundo marcado por la migración y la violencia.

Tobar destaca que el imperio de la fantasía y el cine también está presente en Los Ángeles, la ciudad “latina” más grande de Estados Unidos. La industria cinematográfica y televisiva de Los Ángeles gana miles de millones de dólares contando historias fantásticas sobre imperios. El autor menciona la adaptación cinematográfica de “Dune” como un ejemplo reciente, donde un personaje habla sobre los horrores infligidos por un imperio, resonando con las experiencias de diferentes pueblos a lo largo del tiempo.

En el contexto de las familias latinas de la vida real, el poder del imperio es evidente. Las barreras geográficas y naturales, como el Estrecho de Florida y el Desierto de Sonora, han separado historias familiares y creado divisiones. La Guardia Costera de Estados Unidos y las vallas a lo largo de la frontera entre México y California y Arizona son ejemplos físicos de la voluntad del imperio de afirmar su autoridad.

El autor también analiza cómo la idea de los latinos o hispanos como una raza separada surgió de la historia de los Estados Unidos y su expansión por el continente. Estados Unidos ha categorizado a los “latinos” como “personas de color”, y sus historias tienen un alcance épico, abarcando océanos, desiertos y diversos vecindarios urbanos. Ejércitos, policías y sistemas penitenciarios mantienen un orden desigual en el que el trabajo de los latinos contribuye a las riquezas del imperio. Además, muchos viven con el temor constante de ser arrestados y deportados.

El autor enfatiza cómo la experiencia de ser desarraigado de una forma de vida y transportado a otra marca la psique colectiva de los latinos en los Estados Unidos. La sensación de estar separados de su esencia nunca los abandona. El legado de los viajes, la exploración y la resiliencia de sus antepasados ​​se vuelve tan sutil e indeleble como la pigmentación de su piel, la forma de su nariz y el color de sus ojos.

El texto aborda la experiencia de los latinos en Estados Unidos, explorando temas como la identidad, la migración, el imperio y el desplazamiento. El libro de Héctor Tobar busca traer estas preguntas a primer plano y ofrecer una perspectiva única sobre lo que significa llamarse latino.