Una serie de acusaciones de corrupción contra el alcalde de Miami, Francis Suárez, ha provocado una rápida reacción del Partido Demócrata de Florida, que pidió su renuncia tras las acusaciones de que presionó para obtener un contrato sin licitación que podría beneficiarlo personalmente al favorecer a una empresa de software vinculada a uno de sus empleadores privados.
Según un artículo publicado por el Latin Times, la presidente del Partido Demócrata de Florida Nikki Fried, criticó a Suárez, describió a Miami como un “foco de corrupción política” y expresó su decepción con sus acciones. Fried argumentó que si Suárez no renunciaba, el gobernador Ron DeSantis debería suspenderlo de su cargo. También sugirió que la reacción podría estar influenciada por consideraciones partidistas, alegando que Suárez podría haber sido destituido de su cargo si hubiera sido demócrata.
En respuesta a las acusaciones, la oficina de Suárez negó haber actuado mal y destacó que la Comisión de Ética de Florida no consideró que las acusaciones fueran legalmente suficientes. El comunicado también denuncia un supuesto “intento de golpe coordinado” por parte de activistas liberales y aliados de los “medios de comunicación locales de izquierda”. Además, el comunicado mencionó otra denuncia por recepción de costosos obsequios, presentada por un activista, y reveló que Suárez está siendo investigado por el FBI y la Fiscalía del Estado.
A pesar de las acusaciones y las investigaciones
en curso, Suárez no abordó el tema durante su discurso anual sobre el estado de
la ciudad. En cambio, pidió más autoridad como alcalde, una propuesta que fue
rechazada por los votantes en 2018. Esa medida le daría control del
presupuesto, los funcionarios públicos y los contratos de la ciudad, informó el
artículo.