JD Vance, senador de Ohio y candidato a la vicepresidencia por Donald Trump, ha adoptado una postura cada vez más agresiva en sus discursos, centrándose en cuestiones centrales para la base republicana, como la inmigración y las políticas “profamilia”.

Vance ha hecho hincapié en la cuestión de la inmigración, uno de los temas principales de la campaña de Trump. Durante entrevistas recientes en importantes cadenas de televisión, reforzó la propuesta de Trump de deportación masiva de inmigrantes, sugiriendo que esta medida podría comenzar con la deportación de un millón de inmigrantes, especialmente aquellos involucrados en actividades criminales. Vance critica a la vicepresidenta Kamala Harris y a la administración Biden, culpándolos por el aumento de los cruces de migrantes a través de la frontera sur de Estados Unidos, y sostiene que la deportación masiva, si bien es un desafío, debe abordarse de manera “secuencial”, comenzando con las deportaciones másviables. La retórica de Vance refleja la postura de Trump, quien anteriormente también sugirió utilizar la Guardia Nacional para implementar estas deportaciones a gran escala.

Además del tema de la inmigración, Vance también ha sido blanco de críticas por comentarios que hizo anteriormente sobre políticas “profamiliares”. Fue criticado por sugerir durante una entrevista de 2021 que los estadounidenses sin hijos, incluidas figuras destacadas del Partido Demócrata como Kamala Harris, estaban menos calificados para tomar decisiones políticas, refiriéndose a esas personas como “señoras de gato sin hijos”. En otro discurso, Vance sugirió que los padres de niños deberían tener más poder de voto, idea que describió como un “experimento mental” en lugar de una propuesta política concreta, según la misma publicación.

En entrevistas recientes, Vance ha intentado bajar el tono de la controversia en torno a sus comentarios, afirmando que sus palabras fueron distorsionadas por los medios y la campaña de Harris. Reiteró que su objetivo es promover políticas que favorezcan a las familias, especialmente en un momento en que muchos estadounidenses enfrentan dificultades económicas como el aumento del costo de vida y los gastos médicos. Vance lamentó haber hecho declaraciones que fueron mal interpretadas, pero mantuvo su enfoque en políticas que cree que son más “pro-familia”.

El papel de Vance en la campaña de Trump se describe como el de un "perro de ataque", centrado en criticar a Harris y a la administración Biden, especialmente en temas delicados como la inmigración. Su retórica y postura reflejan la estrategia de la campaña republicana de movilizar a la base conservadora en torno a temas como la seguridad fronteriza y el apoyo a las familias, al tiempo que busca socavar la popularidad de Harris en estados indecisos como Pensilvania, donde tiene una ligera ventaja según algunas investigaciones. .