Recientemente, el senador republicano JD Vance, candidato a vicepresidente de Estados Unidos, realizó polémicas declaraciones respecto a la política de separación familiar en la frontera con México. Vance no descartó la posibilidad de revivir esa política, implementada durante la administración Trump, si él y Trump regresan a la Casa Blanca. La práctica de separación familiar, introducida en 2018, ha provocado que más de 5.000 niños sean separados de sus familias, según NBC News.

Vance comparó la separación de familias en la frontera con el arresto de delincuentes, argumentando que en ambos casos hay separación familiar, lo cual es trágico pero necesario para cumplir con la ley. Culpó a la vicepresidenta Kamala Harris por no fortalecer la seguridad fronteriza, y su discurso y el de Trump se centraron en gran medida en criticar la administración de inmigración de Joe Biden.

La política de separación familiar de Trump fue vista como una medida para disuadir la inmigración ilegal. Trump argumentó que, al saber que serían separados, los migrantes dejarían de intentar cruzar la frontera. Aun así, la implementación de la política fue caótica, con dificultades para reunificar a los niños y sus padres, un problema que persiste hasta el día de hoy, con más de 1.300 niños aún sin reunirse con sus familias, según NBC.

La publicación también menciona campañas en las redes sociales que presentan relatos de adolescentes que han sido separados de sus familias, como Billy, quien describió el trauma de haber sido separado de su padre en la frontera. Estos testimonios resaltan el sufrimiento y las dificultades que enfrentaron los inmigrantes durante esta política.

Por otro lado, Kamala Harris continúa oponiéndose a la separación familiar, enfatizando un enfoque más humano y pidiendo la aprobación de un proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza sin incluir la separación familiar.