El 10 de septiembre de 2024, la emisora estadounidense ABC News celebró el debate presidencial de Estados Unidos, protagonizado por la actual vicepresidenta Kamala Harris (demócrata) y el expresidente Donald Trump (republicano). El evento se desarrolló de manera acalorada y, entre discursos inconsistentes y evasiones de preguntas, ambos candidatos pudieron presentar sus planes en la carrera por la Casa Blanca.
El debate abordó diversos temas como la economía, los derechos de las mujeres, la invasión del Capitolio en 2021 y la política exterior, generando momentos de reflexión para los espectadores latinos, tanto en términos políticos como ideológicos. Sin embargo, las preguntas de los presentadores de ABC News casi siempre terminaban en una discusión sobre la inmigración en el país, tanto en las maniobras evasivas de Trump respecto a algunas preguntas como en los intentos de Harris de alertar a la población sobre la ideología de su competidor. Esto plantea la pregunta: para los latinos que acudirán a las urnas el 5 de noviembre, ¿cuáles deberían ser sus expectativas para los años futuros?
Antes de resaltar el debate, es importante resaltar el contexto latino en la situación electoral estadounidense, que, en elecciones pasadas, favoreció al bando demócrata. Con un aumento récord en el número de votantes latinos en Estados Unidos, un crecimiento del 153%, los votantes latinos representan ahora el 15% del electorado estadounidense. Sin embargo, lo que normalmente sería un punto positivo para el partido demócrata se ha convertido en un factor de riesgo. Esto se debe a que, en los últimos años, las intenciones de voto de los latinos han explorado cada vez más el lado republicano. Incluso con el aumento de la intención de voto de los latinos por el Partido Republicano, las encuestas aún señalan a Harris como el favorito entre los latinos en Estados Unidos, factor que podría cambiar el día de las elecciones.
Kamala Harris abrió el debate con una respuesta convincente sobre el tema de la economía y el costo de vida en Estados Unidos. La candidata, que podría ser la primera mujer en ganar las elecciones estadounidenses, llevó al debate su plan para transformar la economía en una “economía de oportunidades”, lo que permitiría a los trabajadores de clase media y a las microempresas una importante reducción de impuestos. Harris también cuestionó el proyecto económico de Trump, que apuntaba a reducir los impuestos a los millonarios, y podría aumentar el costo de vida de la población hasta en 4 mil dólares al año. Además, la candidata habló sobre el aborto y los derechos de las mujeres, además de responder preguntas sobre la invasión al Capitolio en 2021, mostrando una postura asertiva y reiterando su apoyo a la libertad, incluso en medio de las declaraciones de Trump, que, según ella, hicieron uso de mentiras y acusaciones. La demócrata también afirmó, a propósito de la invasión del Capitolio en enero de 2021, que el entonces presidente Donald Trump había incitado y fomentado la rebelión simplemente porque no aceptó su derrota en las elecciones.
Harris también se defendió de las acusaciones formuladas por Trump contra ella y su partido, principalmente en el ámbito de la política exterior. El expresidente criticó duramente la actuación de la actual vicepresidenta durante su gestión, cuestionando su plan de gobierno y atribuyendo la responsabilidad de conflictos, como la guerra en Ucrania, a lo que llamó “la incompetencia y debilidad de la administración Biden”. Siguiendo con el tema de los conflictos externos, Donald Trump afirmó que el conflicto entre Israel y Palestina no existiría si él fuera presidente y acusó a Harris de “odiar a los árabes”.
Por otro lado, al iniciar la primera ronda del debate, Donald Trump abordó el tema que se trataría durante todo el evento: la ola de inmigración. Trump hizo varias declaraciones ideológicas preocupantes al pueblo latino sobre el tema, culpando del declive de la economía estadounidense al hecho de que, según él, “millones de inmigrantes invaden el país cada mes”.
Oficialmente sobre el tema de la inmigración, Harris inició la discusión diciendo que no escatimó esfuerzos para procesar a las organizaciones criminales transnacionales involucradas en el tráfico de armas, drogas y seres humanos, y acusó a Trump de no poner a los ciudadanos estadounidenses como una prioridad. Además, dijo que apoyaba un proyecto de ley de seguridad fronteriza con 1.500 agentes y que invertiría en más mano de obra para reforzar la seguridad, ayudando a contener el flujo de fentanilo que ingresa a Estados Unidos. En ese sentido, acusó a su oponente de haber utilizado conexiones en el Congreso para impedir la aprobación del proyecto.
Trump cambió el rumbo del debate acusando una vez más a los demócratas de dejar entrar a millones de personas en las ciudades estadounidenses y mencionó Springfield, donde los inmigrantes supuestamente comían animales domésticos, como perros y gatos de los ciudadanos. Afirmó que si Kamala fuera elegida presidente, Estados Unidos terminaría como Venezuela. Cuando lo confrontaron los presentadores (dado que los datos del FBI muestran que la delincuencia en Estados Unidos ha disminuido), Trump evitó, afirmando que la institución miente con fines ideológicos. Harris, ante comentarios sobre el mismo tema, se mantuvo estable ante las acusaciones de Trump, y respondió insinuando que el candidato no está logrando mantener el apoyo dentro de su propio partido, además de haber sido “despedido” en las últimas elecciones del país.
Por tanto, al analizar el debate destacan las posturas más radicales de Donald Trump al abordar la mayoría de los temas, adoptando una postura más defensiva cuando se le cuestiona sobre los diferentes temas tratados. El expresidente buscó fuerza y argumentos en sus pasadas propuestas para ser reelegido en 2025, repitiendo varias veces el lema “Make America Great Again”, como en años anteriores. Durante su intervención, Trump también intentó deslegitimar el proyecto de gobierno de Kamala Harris, comparándola repetidamente con Joe Biden, con fines provocativos, pero escuchó la respuesta de la demócrata: “No soy Joe Biden y ciertamente no soy Donald Trump”. y que “el pueblo estadounidense necesita pasar página”. Harris supo aprovechar al máximo sus oportunidades de hablar en el debate, expresándose de una manera tranquila y orientada al espectador. Dejó en claro su preocupación por el costo de vida de la clase media y trabajadora estadounidense, compuesta en gran parte por latinos. Además, el actual vicepresidente se ha comprometido a organizar un sistema sanitario que dé prioridad a los menos privilegiados.
Aunque el pueblo latino no fue mencionado directamente en el debate, los pensamientos de los candidatos sobre las políticas nacionales que podrían favorecer a esta comunidad quedaron implícitos.
A partir de este análisis, es posible esbozar dos escenarios para el resultado de las elecciones estadounidenses de 2024.
En primer lugar, Kamala Harris, quien presentó sus propuestas priorizando a las clases bajas y las pequeñas empresas, además de acercarse a los votantes jóvenes con posiciones sobre la agenda ambiental y la crisis en Medio Oriente, temas populares entre las nuevas generaciones. En este contexto, la historia del voto latino al partido demócrata parece ser una opción favorable, dado que la propuesta política de la actual vicepresidente enfatizó puntos de interés para la comunidad latina.
En
segundo lugar, Donald Trump no presentó sus propuestas de manera objetiva,
desviándose de las preguntas de los presentadores y centrándose en debates más
ideológicos. El candidato también mantuvo sus declaraciones de manera expansiva
al enfrentar a su oponente y acusó a los inmigrantes de ser responsables de la
decadencia estadounidense. En este sentido, el expresidente
busca conquistar a diferentes comunidades latinas a través de discursos basados
en el “miedo al comunismo”, y en el hecho de que los jóvenes, especialmente
los latinos, se identifican con el candidato republicano por su atractivo a lamasculinidad. Desde este punto de vista, votar
por el candidato republicano significaría que Estados Unidos regresará al
ambiente hostil y xenófobo de 2016, con políticas antiinmigración y falta de
inversión en el desarrollo de sectores que engloban a la comunidad latina.