Los republicanos de Florida han introducido un conjunto integral de restricciones electorales que, según dicen, son necesarias para prevenir el fraude electoral y proteger la integridad del proceso electoral. La legislación propuesta incluye una serie de medidas controvertidas, como exigir a los votantes que presenten una identificación válida emitida por el gobierno para votar, limitar las horas de votación anticipada y restringir el acceso a la votación por correo, informó CNN.
Quienes se oponen al proyecto de ley argumentan que está diseñado para suprimir la participación de los votantes, particularmente entre los votantes de minorías y de bajos ingresos que pueden enfrentar barreras para obtener una identificación válida o tomarse un tiempo libre del trabajo para votar durante la votación anticipada. También argumentan que hay poca evidencia de fraude electoral generalizado en Florida y que las medidas propuestas harán más daño que bien al dificultar que los votantes elegibles participen en el proceso democrático.
“Las medidas son parte de un proyecto de ley electoral más amplio que ahora espera la firma del gobernador Ron DeSantis. El paquete de 96 páginas incluye una cláusula llamativa que permitiría a DeSantis retener su puesto como gobernador mientras busca la nominación presidencial republicana. Pero la SB 7050, que la legislatura liderada por los republicanos aprobó la semana pasada, contiene otros cambios a la ley estatal que podrían tener un impacto duradero en las operaciones de los grupos de registro de votantes”, según CNN.
La nueva legislación marca el tercer año consecutivo en que los legisladores de Florida han cambiado las reglas electorales del estado, un importante campo de batalla presidencial que ha favorecido cada vez más a los republicanos. En 2021, el estado aprobó una legislación radical que agregó nuevos límites para solicitar y devolver boletas por correo.
La historia señala que este es solo el último de una serie de esfuerzos liderados por los republicanos para restringir los derechos de voto en los estados de todo el país. Los demócratas y los defensores del derecho al voto se han resistido a estos esfuerzos, argumentando que son parte de una estrategia más amplia para consolidar el poder republicano y socavar la democracia. La batalla por los derechos de voto probablemente continuará en el futuro previsible, con ambas partes preparándose para una lucha política prolongada.