La inminente elección de gobernador en Puerto Rico se destaca en un escenario electoral sin precedentes. Por primera vez en más de siete décadas, un nuevo partido de coalición, llamado “Alianza”, aparece con posibilidades reales de ganar, desafiando el monopolio político del Partido Nuevo Progresista (PNP) y el Partido Popular Democrático (PPD). Tradicionalmente, estos dos partidos han dominado las elecciones: el PNP defiende la estadidad (la transformación de Puerto Rico en un estado estadounidense), mientras que el PPD apoya el estatus actual de un territorio asociado.
Este año, sin embargo, Juan Dalmau, candidato del “Partido Independentista” de Puerto Rico, está ganando fuerza significativa al liderar la “Alianza”. Esta coalición estaba formada por el “Partido de la Independencia” y el “Movimiento Victoria Ciudadana”, un partido más pequeño fundado en 2019. El objetivo de la alianza es superar la división de votos entre partidos pequeños y fortalecer una tercera vía que priorice una gobernanza eficiente en detrimento de la cuestión del estatus político. La “Alianza” se presenta como una alternativa a los dos partidos tradicionales, buscando atraer votantes descontentos con la actual administración y la corrupción endémica, según un artículo de NBC News.
Los problemas de gobernabilidad en Puerto Rico han empeorado en las últimas décadas, con crisis financieras, desastres naturales (como el huracán María en 2017 y terremotos en 2020) y medidas de austeridad que han socavado los servicios públicos. En 2015, la isla enfrentó una crisis de deuda de 72 mil millones de dólares, lo que llevó al Congreso de Estados Unidos a aprobar la ley PROMESA, creando un consejo fiscal que impuso duros recortes presupuestarios. Esta historia de crisis y dificultades impulsó las protestas de 2019 contra el entonces gobernador Ricardo Rosselló, aumentando el descontento con el sistema político, según NBC.
La “Alianza” enfrenta la resistencia de parte del electorado que considera que el estatus político es fundamental para las elecciones y no apoya la independencia, a pesar de que Dalmau promete priorizar la gobernanza honesta sobre la promoción de la independencia. La mayoría de los puertorriqueños todavía prefieren la estadidad o el estatus actual con Estados Unidos, y esta cuestión es utilizada por González, la candidata a favor de la estadidad y principal oponente de Dalmau, para argumentar en su contra. Vincula el programa de socialdemocracia de Dalmau con el comunismo, explotando los temores a la independencia profundamente arraigados desde la Guerra Fría.
Otro desafío para la “Alianza” es la legislación electoral de 2020, que otorga al partido dominante una ventaja estructural, como en el proceso de votación anticipada, en el que el PNP ya ha conseguido alrededor de 200.000 votos para González. Han surgido sospechas de fraude electoral con el registro de personas que ya murieron en elecciones pasadas, lo que provocó una supervisión adicional por parte del Departamento de Justicia.
En el contexto actual, todos los candidatos rechazaron los comentarios racistas de un comediante estadounidense sobre Puerto Rico, y Dalmau y Ortiz criticaron la asociación de González con el expresidente Donald Trump. Aunque González encabeza las encuestas por un estrecho margen, los analistas sugieren que el apoyo de los jóvenes y el surgimiento de un cuarto partido, el “Proyecto Dignidad”, que defiende una democracia cristiana, podría influir en el resultado y conducir a una victoria sin precedentes para un partido fuera del espectro político tradicional con el candidato Javier Jiménez, según la publicación.
Así, la elección representa una elección entre
la continuidad del status quo y la intención de cambio promovida por la
“Alianza”, en medio de un contexto de desilusión generalizada y deseo de
renovación política en la isla.