Millones de mexicanos dentro y fuera de los Estados Unidos celebran el “Día de los Muertos”, una festividad donde las tradiciones indígenas y católicas se mezclan para honrar a los seres queridos que se han muerto.
Según la tradición, mientras se celebra a los muertos durante unos días, las almas de los seres queridos regresan a la Tierra para volver a compartir recuerdos con los vivos. El 1 de noviembre se homenajea a los niños fallecidos y el 2 de noviembre los homenajes se centran en los adultos difuntos. En estos días también se celebra el “Día de Todos los Santos” y el “Día de los Difuntos”, respectivamente.
“El Día de los Muertos se celebra no solo en todo México, sino también en ciudades de los Estados Unidos, como Los Ángeles y Nueva York, donde se realizan grandes ofrendas, desfiles y eventos culturales. Países como España, Filipinas, Brasil y Guatemala, entre otros, también tienen tradiciones para festejar a sus difuntos. Tanto los lugares públicos como los hogares se llenan de altares u ofrendas para honrar a los seres queridos con sus cosas favoritas, y la decoración incluye flores de cempasúchil, recortes de papel, velas, sal, agua, chocolate, calaveritas de azúcar, pan de muerto y las comidas y bebidas favoritas del difunto", según una publicación de NBCNews.
Las creencias populares varían dependiendo de la región mexicana. Además del 1 y 2 de noviembre, el 28 de octubre se celebra por los que fallecieron trágica o accidentalmente, y el 30 de octubre se dedica a los que murieron sin ser bautizados y están en el limbo.
Los antiguos mexicanos consideraban la muerte una transición, no el final de la existencia, sino el comienzo del viaje al Mictlán, el lugar de descanso eterno en la mitología azteca.
De acuerdo con Diana Martínez, académica del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), “después de la Revolución Mexicana y los primeros años de la independencia, se replanteó lo que era ser mexicano, y esto impulsó una serie de tradiciones como la de los Muertos. En la década de 1930, el presidente Lázaro Cárdenas impulsó la celebración, tratando de alejarla un poco de la Iglesia Católica y enfatizando sus raíces indígenas, prehispánicas”.
En 2008, UNESCO declaró Día de los Muertos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y, en los últimos años, transcendió fronteras, convirtiéndose en un fenómeno cultural potencializado por películas como “Coco”, de Pixar, que recaudó más de US$ 800 millones en todo el mundo.
Según la publicación de NBC, “El Día de los Muertos apareció en la memorable escena de apertura de la película de James Bond de 2015 'Spectre', en la que el actor Daniel Craig seduce a una catrina, el esqueleto femenino, mientras corre, salta, dispara y un edificio en el Centro Histórico de la Ciudad de México explota durante el desfile del Día de los Muertos”.
Es un caso donde la realidad imita a la ficción porque ese desfile nunca se hizo pero ahora se celebra todos los años: en 2021 participaron más de 400.000 personas.
La fascinación y el respeto de la cultura mexicana por la muerte ha sido un motivo recurrente en la tradición literaria del país. Importantes escritores como José Revueltas, Carlos Fuentes, Octavio Paz y Juan Rulfo reflejaron esto en sus obras.
“El caso es que la obsesión de los mexicanos por mezclar la muerte con la celebración de rituales y la cotidianidad es algo muy nuestro, y eso es lo que llama la atención en otras partes del mundo”, dijo Enrique Rodríguez Balam, investigador del Centro Peninsular de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNAM a la NBC.