Migrantes venezolanos se congregaron en lo alto del Puente Paso del Norte, que conecta las ciudades de El Paso (TX, EE. UU.) y Juárez (CHH, MX), con la esperanza de verificar el rumor que circula en las redes sociales de que la frontera con EE. UU. estaba abierta temporalmente. El domingo 12 de marzo, se apresuraron a atravesar las cabinas de peaje del lado Juárez del puente para llegar a la cima, con la esperanza de tener la oportunidad de ingresar a los Estados Unidos.
Muchos de ellos, como Vaneska y Kelvin, han intentado persistentemente concertar una entrevista a través de la aplicación “CBP One” para ingresar a Estados Unidos, pero no han podido. Esta aplicación es una herramienta introducida por el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos para el Programa de Admisión Humanitaria (Humanitarian Parole Program), que es obligatorio para los migrantes de Venezuela, Haití y Nicaragua. Sin embargo, varios migrantes reportaron dificultades y errores al intentar usar la aplicación, lo que complicó aún más la ya difícil situación que enfrentan.
Frustrados con la solicitud de inmigración del gobierno y las difíciles condiciones de vida en las calles de Juárez, estos migrantes están cada vez más desesperados. Comparten historias similares de falta de espacio en albergues, una aplicación que no funciona y policías que las acosan y extorsionan por el poco dinero que ganan con su trabajo informal diario. Sus sueños de una vida mejor, donde puedan ayudar a sus familias en Venezuela, parecen cada vez más inalcanzables.
“En Facebook vimos una imagen que decía que iban a abrir (el puente) hoy porque era el Día del Migrante, algo así”, dijo Vaneska al Texas Tribune. "Solo queríamos una respuesta, así que vinimos a ver si era verdad". Lamentablemente, sus esperanzas se desvanecieron cuando los funcionarios de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. implementaron "esfuerzos de endurecimiento de las aduanas", incluidas barreras físicas para evitar que ingresen al país.
El puente, que es un cruce hacia el norte que conecta el centro de El Paso y Juárez, reabrió después de que los migrantes se fueron, pero la protesta causó interrupciones en otros puentes, incluido el Puente de la calle Stanton y el Puente de las Américas. Estos migrantes, cuyas vidas están llenas de incertidumbre, viven en un limbo inquieto, sin saber qué les depara el futuro.
Los rumores sobre la apertura de la frontera a menudo se difunden a través de las redes sociales o de boca en boca entre los migrantes. También afirman que estos rumores son tácticas utilizadas por organizaciones criminales para interrumpir los procesos autorizados y alentar a más migrantes a pagar tarifas exorbitantes a los cárteles que los ayudan a cruzar la frontera ilegalmente.
Este incidente no es el primero provocado por los rumores de apertura de fronteras. En noviembre del año pasado, un grupo de migrantes centroamericanos intentó ingresar a Estados Unidos por el Río Bravo tras escuchar rumores de que la frontera estaba abierta. Encontraron resistencia por parte de las autoridades mexicanas, quienes les bloquearon el paso y les impidieron cruzar hacia la margen norte del río.