Una situación alarmante se ha revelado en Estados Unidos en 2022, donde millones de personas han luchado por conseguir tres comidas al día, lo que indica un fuerte aumento del hambre en el país. Según un informe del Departamento de Agricultura de EE. UU., 44,2 millones de personas enfrentaron dificultades para alimentar a sus familias, un aumento significativo en comparación con el año anterior, cuando esta cifra fue de 33,8 millones. Entre los afectados, más de 13 millones eran niños, lo que representa un aumento de casi el 45% respecto a 2021.
Los datos apuntan a un retroceso de una década en la lucha contra el hambre y la inseguridad alimentaria en EE.UU., y esta situación refleja la reversión de varias medidas de asistencia social que se implementaron durante la pandemia. La pérdida de estas medidas incluyó la desactivación de programas como el crédito tributario por hijos, el aumento temporal de los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) y la provisión de comidas escolares gratuitas para todos los niños, informó NPR News.
Al mismo tiempo, los costos de alimentos y vivienda se han disparado, lo que hace que la situación sea aún más difícil para las familias. El aumento de empleos inestables en la economía “gig”, como las entregas de comestibles y los servicios de transporte compartido, también ha contribuido a la inseguridad alimentaria, ya que muchos trabajadores enfrentan inestabilidad financiera.
El informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos revela que casi 7 millones de familias tuvieron que saltarse comidas por falta de alimentos en casa, y la mayoría de ellas no contaba con recursos para consumir comidas balanceadas. Este escenario afecta especialmente a los niños, que, en alrededor de 381.000 hogares, también pasaban hambre, saltándose comidas o pasando todo el día sin comer. Esto puede tener graves consecuencias para la salud de los niños, incluidos retrasos cognitivos o de desarrollo y mayores tasas de hospitalización.
Muchos de los programas que protegieron las experiencias de las personas durante la pandemia fueron cerrados o revertidos de alguna manera, como "programas que incluían un crédito fiscal por hijos ampliado que daba dinero extra a familias con niños, aumentaban temporalmente los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria o SNAP (anteriormente conocido como cupones de alimentos) y comidas escolares gratuitas para todos los niños”.
La publicación de NPR News destaca que las familias con niños y las personas “de color” enfrentaron niveles de inseguridad alimentaria significativamente más altos que el promedio nacional. Las tasas de hambre eran más del doble en las familias negras y latinas en comparación con las familias blancas. Los defensores del acceso a los alimentos enfatizan la importancia de proteger los programas de redes de seguridad social, como el Programa de Asistencia Alimentaria para Mujeres, Bebés y Niños (WIC), que atiende a madres embarazadas y niños pequeños.
También es digno de mención que, después de que terminaron los aumentos en los beneficios de SNAP durante la pandemia, más familias han recurrido a WIC en busca de ayuda con alimentos. Sin embargo, algunos legisladores han propuesto recortes en la financiación de este programa, a pesar de la creciente demanda de asistencia alimentaria. Esto genera preocupación de que WIC pueda quedarse sin recursos si el Congreso no asigna fondos adicionales.