La mayoría de los nativos americanos apenas saben que el Cinco de Mayo no es el Día de la Independencia de México. El significado y la evolución de la celebración del Cinco de Mayo contrasta en su importancia en Estados Unidos con su relativa insignificancia en México.
Mientras que en Estados Unidos la fecha se ha convertido en una fiesta popular, especialmente entre la diáspora mexicana, en el propio México es más una celebración regional en torno a la Batalla de Puebla, sin el estatus de feriado nacional.
El Cinco de Mayo, sin embargo, se convirtió en un símbolo de la experiencia mexicano-estadounidense, especialmente durante el Movimiento Chicano de las décadas de 1960 y 1970. A través de esta mezcla de clase, raza, inmigración y circunstancias, la celebración llegó a representar no sólo una batalla histórica oscura, sino también la cultura mexicana dentro de Estados Unidos.
A pesar de los orígenes históricos específicos del Cinco de Mayo, la celebración es una oportunidad para que los mexicano-estadounidenses celebren su propia trayectoria vital e identidad cultural. Es una afirmación de la validez de las experiencias mexicano-estadounidenses y una oportunidad para reconocer y celebrar la historia personal de cada individuo, según la publicación.
Las celebraciones del Cinco de Mayo pueden entonces entenderse como un brindis no sólo por México, sino también por historias personales. La festividad, en definitiva, termina siendo celebrada por todos aquellos que se identifican con la cultura mexicana en Estados Unidos.