Un tema importante en la escena política estadounidense es el referéndum de noviembre en Arizona, que, de ser aprobado, reformará significativamente el sistema electoral del estado. Este cambio no eliminará a los líderes electos, pero obligará a la legislatura a desarrollar un nuevo sistema que trate a todos los votantes y candidatos de manera justa y equitativa.
Las reformas propuestas incluyen abrir las primarias presidenciales a todos los ciudadanos e implementar una primaria no partidista para las elecciones estatales y federales, que culmine en una elección general competitiva donde el ganador debe obtener una mayoría clara.
Los votantes independientes en Arizona, que tuvieron prominencia el año pasado, empataron con los republicanos como el grupo más grande de votantes en el estado, cada uno con 1,4 millones registrados, mientras que los demócratas tienen 1,2 millones. Este rápido aumento de votantes independientes refleja una tendencia nacional, pero es más pronunciado en Arizona debido a la paridad entre los dos partidos principales, lo que hace que los independientes sean cruciales en las elecciones.
A pesar de su creciente importancia, los independientes en Arizona enfrentan varias desventajas. La administración electoral es partidista y los independientes no están representados en los consejos electorales ni pueden actuar como trabajadores electorales o jueces electorales. Aunque el estado permite primarias abiertas, los independientes se ven obligados a elegir un partido para participar. Este requisito va en contra de la naturaleza de los independientes, que, como señaló Thom Reily del Centro para una Democracia Independiente y Sostenible de ASU están impulsados por candidatos y problemas más que por lealtades partidistas.
Además, los independientes enfrentan obstáculos importantes para votar por correo en las primarias y deben recolectar seis veces más firmas que los candidatos del partido para postularse, sin siquiera presentarse en las elecciones primarias si pueden superar este obstáculo. También se les prohíbe participar en las primarias presidenciales financiadas con sus impuestos, lo que los coloca en una considerable desventaja en relación con los votantes partidistas.
Así, las reglas electorales de Arizona favorecen a pequeños grupos de miembros del partido y marginan a los votantes independientes, que son esenciales para equilibrar la polarización extrema entre demócratas y republicanos. La organización Make Elections Fair AZ fue creada para promover valores de equidad, competencia e inclusión en el sistema electoral, precisamente cuando el país más necesita estos principios. Están liderando esfuerzos para avanzar en la reforma electoral que busca empoderar a los independientes y revitalizar la cultura política del estado.
Jeremy Gruber y John Opdycke, autores del textode opinión publicado por The Hill, y quienes son vicepresidente senior y presidente de Open Primaries, respectivamente, una
organización nacional dedicada a la reforma electoral, sostienen que
reestructurar las elecciones primarias es vital para crear elecciones generales
genuinamente competitivas donde todos los votantes y candidatos tengan igualdad
de condiciones. Las propuestas tienen como objetivo garantizar que todas las
elecciones financiadas por los contribuyentes estén abiertas a todos los
votantes, promoviendo una cultura política más justa e inclusiva.