Un artículo que analiza el uso de tecnologías con el propósito de deportar personas en Estados Unidos, describe la experiencia de una mujer inmigrante que vivió en el país durante 21 años antes de recibir una carta con un aviso de deportación en su puerta. Creía que había tomado todas las precauciones necesarias para evitar ser rastreada por las autoridades, pero no sabía qué información básica, como el registro de su automóvil o facturas de servicios públicos, podría usarse para localizarla. Este incidente refleja una tendencia más amplia: el uso cada vez mayor de tecnologías avanzadas por parte de las autoridades de inmigración para monitorear y rastrear a los inmigrantes en los Estados Unidos.
Durante la administración Trump, que comenzó 11 meses antes del incidente con la mujer, la aplicación de las leyes de inmigración se ha vuelto cada vez más dependiente de la tecnología. Las autoridades utilizan intermediarios de datos para crear perfiles detallados de inmigrantes combinando miles de puntos de datos. Además, se emplean herramientas de vigilancia como el reconocimiento facial y lectores de matrículas para rastrear a los migrantes. También se utilizan algoritmos sofisticados para tomar decisiones sobre los inmigrantes, desde si necesitan una pulsera en el tobillo hasta evaluar casos de asilo.
Los defensores de los derechos de los inmigrantes temen que con Trump liderando las encuestas para un posible segundo mandato, estas herramientas podrían usarse para deportar rápidamente a millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos. Jacinta González, directora de campo de la organización Mijente, enfatiza que existe una vasta infraestructura tecnológica lista para facilitar estas deportaciones masivas.
Aunque el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) declaró en un memorando de 2023 que no utilizaría inteligencia artificial para vigilancia a gran escala, persisten las preocupaciones.
La deportación de inmigrantes indocumentados siempre ha sido una realidad en EE.UU., pero el Congreso nunca ha logrado aprobar una ley que regularice el estatus de estos individuos, lo que ha dejado a muchos en una situación de vulnerabilidad continua. La práctica de la deportación ha fluctuado a lo largo de los años, pero deportar a millones de personas, como prometió Trump, sería logísticamente difícil, aunque crear una atmósfera de miedo es algo que puede lograr fácilmente, como explica Muzaffar Chisti, investigador del Migration Policy Institute, según la publicación.
Durante su primer mandato, Trump adoptó una postura dura en materia de inmigración, implementando políticas duras como separar a las familias en la frontera e instruir a los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para que deportaran a los inmigrantes sin una audiencia. En respuesta, los grupos proinmigración formaron la coalición “No Tech for ICE” en 2018 para presionar a las empresas a cortar los lazos con las agencias de inmigración, destacando el papel de la tecnología en el mantenimiento de estas políticas estrictas.
La historia también aborda las crecientes preocupaciones sobre la vigilancia generalizada, según lo informado por el Centro de Privacidad y Tecnología de la Universidad de Georgetown. ICE tiene acceso a grandes cantidades de datos personales, incluidas licencias de conducir y facturas de servicios públicos, y ha gastado miles de millones de dólares en iniciativas de recopilación e intercambio de datos. Esta recopilación masiva de datos genera preocupaciones sobre la privacidad y el uso de la tecnología para facilitar la deportación.
Sin embargo, los esfuerzos para limitar este acceso, como el proyecto de ley “Cuarta Enmienda No está a la venta”, siguen estancados en el Senado. La administración actual también ha intensificado las deportaciones, pero al mismo tiempo ha ofrecido alivio a ciertas clases de inmigrantes indocumentados, como los casados con ciudadanos estadounidenses.
Julie Mao, abogada de Just Futures Law, expresa preocupación por la posibilidad de que Trump sea reelegido, destacando el potencial abuso de herramientas de vigilancia, inteligencia artificial y algoritmos. Advierte que estas tecnologías podrían usarse para crear listas detalladas de inmigrantes que serán deportados. De esta preocupación se hace eco Antonio Gutiérrez, cofundador del grupo Comunidades Organizadas Contra las Deportaciones (OCAD), quien menciona el creciente miedo e incertidumbre entre los inmigrantes indocumentados ante una posible represión, según la misma publicación.
La preparación de las comunidades de inmigrantes para un posible aumento de las deportaciones es evidente, concluye el artículo, y los padres indocumentados se ven obligados a preparar instrucciones sobre cómo cuidar a sus hijos si son detenidos. La ansiedad y el miedo son palpables entre estas comunidades, lo que refleja un estado de constante vigilancia e incertidumbre.