El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva ordenando el fin de un programa de permiso humanitario implementado durante la administración Biden, que permitió la entrada temporal de más de medio millón de migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, según informó NPR. La medida es parte de la política más amplia de su administración para restringir la inmigración y reforzar el control fronterizo, alegando que la migración masiva representa una amenaza a la seguridad y el bienestar de los ciudadanos estadounidenses.
El programa, creado en enero de 2023, ofreció una alternativa legal para inmigrantes de estos países en crisis, permitiéndoles solicitar la entrada a Estados Unidos sin tener que cruzar la frontera ilegalmente. Para calificar, se requería un patrocinador con sede en los EE. UU. y aprobar una verificación de antecedentes. Los beneficiarios recibieron permiso para permanecer en el país por hasta dos años, además de obtener autorización de trabajo y protección contra la deportación. Desde su implementación, a la iniciativa se le atribuye la reducción significativa del número de cruces fronterizos ilegales hacia México.
La decisión de Trump genera incertidumbre sobre el futuro de los cientos de miles de inmigrantes que aún viven bajo este estatus. La administración Biden ya había pausado el programa debido a preocupaciones sobre fraude y, en octubre, anunció que no renovaría el estatus legal de los beneficiarios, exigiéndoles buscar otras vías de regularización. Ahora, con el cierre definitivo de la iniciativa, muchos corren el riesgo de quedar indocumentados o enfrentar la deportación.
Si bien la orden ejecutiva refuerza el enfoque restrictivo de Trump hacia la inmigración, también marca el desmantelamiento de una política que tenía como objetivo brindar una respuesta humanitaria a las crisis en los países de origen de los migrantes. La decisión podría afectar tanto a las comunidades de inmigrantes como al panorama político y legal de la inmigración en los Estados Unidos.