El gobernador de Texas, Greg Abbott, aprobó el martes un proyecto de ley que eliminará las ordenanzas de la ciudad y el condado que eliminan las reglas locales que requieren que los trabajadores de la construcción tomen descansos para tomar agua. La nueva ley, denominada Proyecto de Ley 2127 de la Cámara de Representantes fue aprobada por la Legislatura y recibió la aprobación final del gobernador Greg Abbott. La ley entrará en vigor el 1 de septiembre y anulará ordenanzas en ciudades como Austin y Dallas que establecían descansos de 10 minutos cada cuatro horas para que los trabajadores de la construcción bebieran agua y se protegieran del calor. Además, la ley impide que otras ciudades aprueben reglas similares en el futuro.
Según un artículo del Texas Tribune, los partidarios de la ley argumentan que eliminará regulaciones locales innecesarias y proporcionará más libertad a las empresas. Sin embargo, los sindicatos y los defensores de los derechos de los trabajadores se opusieron a la ley, citando la gran cantidad de muertes relacionadas con el calor en Texas. El estado es donde más trabajadores mueren por las altas temperaturas, y la falta de descansos obligatorios para tomar agua se ve como un riesgo para la salud de los trabajadores. La legislación también es criticada por dificultar la protección de los inquilinos contra el desalojo, por combatir los préstamos abusivos, el ruido excesivo y las especies invasoras.
El artículo del Texas Tribune destaca además que las olas de calor son fenómenos meteorológicos extremos y que el cambio climático está amplificando sus efectos. La urbanización en las áreas secas de Texas aumenta la vulnerabilidad de las personas al calor extremo, debido al efecto de "isla urbana", que se refiere esencialmente a la combinación de hormigón y edificios, además de la falta de espacios verdes, hace que el calor del suelo irradie, aumentando la temperatura en las ciudades. El aumento de las temperaturas también afecta de manera desproporcionada a los trabajadores latinos en la industria de la construcción porque representan 6 de cada 10 trabajadores de la construcción, según datos de US Census Bureau.
Quienes se oponen a la ley afirman que las regulaciones locales son necesarias para garantizar la seguridad de los trabajadores, ya que no existe un estándar nacional para las enfermedades relacionadas con el calor establecido por la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA). La aprobación de la ley es vista como una forma de limitar el poder de los gobiernos locales y una intrusión en la democracia, según los críticos, según la publicación.
Si bien no se ha aprobado ningún proyecto de ley para establecer descansos obligatorios para beber agua para los trabajadores de la construcción, se espera que los legisladores continúen presionando para que se establezca una ley estatal a tal efecto. También se menciona la posibilidad de que las ciudades demanden para hacer valer sus leyes de intervalos de agua, entre otras que protegen los derechos básicos de los trabajadores.