Hace dos semanas, celebrando el primer aniversario de la “Ley de Reducción de la Inflación” (IRA), el presidente Joe Biden celebró la caída de la inflación en el país y dijo que la medida será responsable de la creación de 1,5 millones de empleos en la próxima década. Al mismo tiempo, la tasa de desempleo ha ido cayendo y ha alcanzado el 3,5% de la población, considerando una fuerza laboral de alrededor de 170 millones de personas. Sin embargo, ¿cuánto de esta porción de la economía es latina, tomando en cuenta, por ejemplo, los más de 63 millones de hispanos que residen en Estados Unidos?
Según datos de U.S. Bureau of Labor Statistics, en 2020 los latinos representaron el 18% de toda la fuerza laboral en Estados Unidos, una cifra muy expresiva. Considerando los estados del país, Nuevo México tiene el porcentaje más alto de trabajadores latinos en comparación con su fuerza laboral total con un 43,6%, seguido de California (37,7%) y Texas (37,4%). Además, los empresarios latinos constituyen una gran parte de la economía estadounidense. Teniendo en cuenta los 5 millones de latinos que poseen algún tipo de negocio en Estados Unidos, esta población inyecta más de 800 mil millones de dólares a la economía, y una de cada cuatro nuevas empresas es de propiedad latina.
Es decir, actualmente los latinos tienen un enorme impacto en la economía estadounidense, y solo en 2020, esta población representó el 13% del PIB nacional, un valor aproximado de US$ 2,8billones Considerando que los latinos representan el 18% del total, los ingresos creados y recibidos por los latinos son inferiores al promedio estadounidense.
Teniendo en cuenta las principales áreas de acción de los latinos en la economía, el área de agricultura, pesca y silvicultura es la más ocupada por esta población, correspondiendo al 43% de sus empleos. Además de ella, se pueden destacar otras áreas: Servicios de Mantenimiento (37,9%), Construcción y Extracción (35,7%), Preparación y Servicio de Alimentos (27,3%) y Transporte y Locomoción de Material (23,9%). Estos sectores están relacionados con condiciones laborales precarias o mal remuneradas. Como se puede observar, inversamente proporcional a la participación de los latinos en el PIB, los porcentajes de participación latina en estos sectores son muy superiores al peso del segmento en la población total del país.
Otra observación importante es el hecho de que la población blanca rechaza este tipo de trabajos, que terminan relegados a latinos y afroamericanos, muchas veces sin la oportunidad de cubrir puestos mejor remunerados. Al respecto, según datos de la Biblioteca Nacional de Medicina, los nuevos inmigrantes que llegan al país tienden a desempeñar trabajos peligrosos y con bajos salarios, como es el caso de los mexicanos en los sectores de servicios, construcción y agricultura. Aun así, hay poca preocupación gubernamental por la calidad del trabajo de este grupo, prácticamente fundamental para la economía estadounidense. Estos datos echan por tierra la tesis de la extrema derecha supremacista que sostiene que los inmigrantes quitan empleos a la población blanca. Sin mano de obra latina, la cosecha de huertos en Florida y California sería inviable.
Pese a esto, cabe señalar que algunos gobernadores incluso aprueban leyes migratorias que les complican la vida a estas personas, como es el caso de Ron DeSantis, quien busca rivalizar con Donald Trump por la disputa de la bandera extremista en el Partido Republicano. Entre sus muchas medidas controvertidas, el gobernador de Florida firmó la ley de inmigración SB 1718, que endurece las penas y restricciones para detener a trabajadores indocumentados en el estado (Florida immigrants leave the state over DeSantis immigration law (nbcnews.com). El gobierno está utilizando la aplicación E-Verify para verificar el estatus de cada persona en línea, según la revista Newsweek, quien entrevistó al profesor Héctor Sandoval de la Universidad de Florida sobre los impactos de la medida de De Santis: “Usar el sistema E-Verify para confirmar la elegibilidad de los empleados para trabajar en los EE.UU. puede disminuir el número de trabajadores indocumentados en el mercado laboral, lo que resulta en una reducción en el oferta laboral general". Por otro lado, Sandoval añade: "los empleadores pueden enfrentar desafíos adicionales para llenar puestos vacantes y probablemente tendrán que aumentar los salarios para atraer trabajadores legales". Los costos de producción más altos significan precios más altos para los consumidores y presión adicional sobre las tasas de inflación. Según el Instituto de Política de Florida, esta ley podría costar 12.600 millones de dólares a la economía del estado, una cifra expresiva que, para las autoridades locales, no parece impresionar.
La mano de obra latina (tanto legal
como indocumentada) juega un papel clave en la economía estadounidense. Además
de representar el 18% de la fuerza laboral, esta población corresponde a 5
millones de empresarios y una participación en el PIB de más de 2,5 billones de
dólares. Sin embargo, los prejuicios y la desigualdad aún persisten en el país:
los latinos ganan menos que la población blanca y enfrentan la negligencia del
gobierno. Un ejemplo de esto es el hecho de que por cada dólar que gana un
estadounidense blanco, un latino recibe 73 centavos (The economic state of
Latinos in America: The American dream deferred | McKinsey). Como ya hemos comentado en el
Latino Observatory, la situación de las mujeres
latinas es aún peor: por cada dólar que gana un hombre blanco no latino, las
mujeres hispanas ganan sólo 55 centavos, la mayor brecha salarial experimentada
por cualquier grupo racial o étnico importante en Estados Unidos. Este es un
tema que merece un análisis más detallado, ya que los latinos son el grupo con
mayor crecimiento poblacional del país.