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El creciente poder del voto latino: Análisis del panorama electoral estadounidense para 2024

Beatriz Zanin de Moraes / Letícia Escorcio Lopes / Felipe Sodré Fabri | 17/04/2024 19:53 | ANÁLISIS

Según el Foro EconómicoMundial, el año 2024 pasará a la historia como el año electoral más importante: más de 2 Miles de millones de votantes en 50 países acudirán a las urnas. De esta cifra, en Estados Unidos, se estima que 36,2 millones son elegibles para votar este año en comparación con 32,3 millones en 2020. Esto representa el 50% del crecimiento total de votantes elegibles durante el período, lo que significa que cada año alrededor de 1,4 millones de hispanos en Estados Unidos se vuelven elegibles para votar. Si las predicciones se hacen realidad, este será el grupo minoritario más grande en la historia de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.


Ciertos estados de EE. UU. representan una proporción mayor de residentes latinos, incluidos: 16 millones en California, 12 millones en Texas, 5 millones en Florida, 4 millones en Nueva York y 2 millones en Illinois además de, en términos porcentuales, Nuevo México (48%), California (39%), Texas (39%), Arizona (31%) y Nevada (29%).


Nuevo México, un estado donde los latinos representan la mayor porción de votantes elegibles (casi el 43%), no vota hasta junio en las primarias electorales. Sin embargo, todos los estados que siguen en la lista de presencia latina ya están votando en el próximo ciclo electoral. En el caso de los votantes elegibles, la proporción es del 30,5% en California, el 30,4% en Texas, el 23,6% en Arizona, el 20,5% en Florida, el 19,7% en Nevada y el 15,9% en Colorado. Además, cabe mencionar que los latinos representan casi el 12% de los votantes elegibles en Illinois, otro estado que votará próximamente. En una primaria demócrata, el porcentaje de votos de los latinos en la mayoría de estos estados probablemente será mayor que su porcentaje de la población elegible general. Matt Barreto, socio gerente y cofundador de Latino Decisions, una firma encuestadora demócrata que se enfoca en los votantes latinos, dijo que todos los indicios en las encuestas apuntan a una alta participación latina en las próximas primarias.


Tras votar en este grupo de estados, los latinos no volverán a tener un peso significativo hasta las primarias del 24 de abril, cuando celebrarán sus elecciones Rhode Island, Connecticut y Nueva York, con poblaciones elegibles para votar que oscilan entre el 11 y el 15%.


En la mayoría de los estados, los delegados se asignan en función de los resultados de cada distrito del Congreso. Aunque muchos pueden argumentar que los latinos están concentrados en unas pocas ciudades grandes, al menos en los tres estados antes mencionados, están geográficamente dispersos de una manera que expandirá su influencia. En total, según cifras del Pew Research Center, los latinos constituyen al menos el 15% de la población elegible en 110 de los 154 distritos electorales de esos siete estados, incluidos 31 de los 36 de Texas.


A partir de estos datos, el objetivo de este texto es analizar el panorama electoral en Estados Unidos en 2024, destacando especialmente la importancia del voto latino.


Las elecciones estadounidenses: el rematch entre Biden y Trump

En noviembre de 2020, Estados Unidos fue testigo de un duelo histórico entre dos figuras políticas: el controvertido presidente Donald Trump y el ex vicepresidente Joe Biden. Ese año, debido a una gran movilización del electorado, el 66% de la población con derecho a votar acudió a las urnas, la cifra más alta desde 1900, consagrando a Biden como el 46º presidente de Estados Unidos. Sin embargo, inicialmente nadie esperaba que este encuentro se repitiera en las elecciones de 2024 y que no hubiera otro candidato con fuerzas para derrotarlos.


El 6 de marzo, Nikki Haley, la primera candidata republicana en lanzar su candidatura en 2023, anunció la suspensión de su campaña tras un desempeño negativo en las primarias de su partido contra Donald Trump. Del lado demócrata, sin muchos oponentes contra Biden, Dean Phillips, congresista del estado de Minnesota, también se retiró de la carrera, apoyando al presidente en la nominación. De esta manera, tanto Trump como Biden son ahora los probables candidatos de sus partidos para competir por la Casa Blanca, generando una rara e impopular “revancha” en la política estadounidense, con el 67% de los votantes diciendo que están “cansados” de ver sólo a estos dos nombres en la escena política nacional, según una encuesta de Reuters.


El expresidente Trump se enfrenta a varias acusaciones legales, que van desde su presunta intromisión en las elecciones estadounidenses durante el periodo que él y su equipo de abogados intentaron revertir varios resultados electorales en 2020, hasta el caso de la retención de documentos confidenciales en su casa de Florida, aquellos que debieron ser devueltos a las autoridades gubernamentales correspondientes. Además, como se vio en las primarias, Nikki Haley obtuvo más del 20% en la mayoría de los estados que participaron en las primarias republicanas, algo que amenaza la retórica de Trump de dominio exclusivo sobre el partido, pero aún garantiza una enorme influencia. La campaña del expresidente está alcanzando altos niveles de apoyo popular con retórica extremista, citando como ejemplo su declaración realizada en diciembre del año pasado, en la que dijo que “los inmigrantes están envenenando la sangre denuestro país”. De hecho, incluso liderando las encuestas y habiendo obtenido una reciente victoria en la corte suprema, en la que se decidió que el expresidente puede presentarse a las elecciones y frustrando al estado de Colorado, Trump puede presenciar un nivel de rechazo similar al ocurrido en 2020, como muchas otras demandas en las que está involucrado aún no han sido juzgadas, lo que podría dificultar su regreso a la Casa Blanca. Sin embargo, el camino para Biden no es más fácil que el de su futuro oponente.


Con 81 años, Biden es la persona de mayor edad en ocupar la Casa Blanca, un factor que preocupa a los votantes sobre su capacidad para continuar al frente del liderazgo estadounidense, a pesar de que su oponente, Donald Trump, es sólo cuatro años más joven. A lo largo de su mandato, crisis internas y externas marcaron su administración, como la retirada de Afganistán en 2021, los profundos cambios en sus paquetes de recuperación económica y, la que genera más fervor entre sus oponentes republicanos, la crisis en la frontera con México. Esta cuestión lleva tiempo suscitando críticas entre los republicanos, que acusan al presidente de no saber cómo afrontar el supuesto caos que se produce en la frontera. Solo en 2023, alrededor de 472.000 personas fueron capturadas por la Protección Fronteriza de EE. UU., una cifra récord. Además, los republicanos tienen una estrategia que se basa en ampliar la retórica sobre el posible caos y violencia que se habría producido en las fronteras a otras partes del país, como las grandes ciudades, la mayoría de las cuales están gobernadas por demócratas. Nueva York, por ejemplo, atraviesa un momento histórico, en el que la ciudad ya no es capaz de acoger el excesivo número de inmigrantes que llegan, sobrecargando los servicios públicos. Como resultado, incluso los demócratas critican a Biden, obligándolo a tomar acciones consideradas controvertidas dentro de su base, como mantener la construcción del muro de Trump.


En otras palabras, aunque sea la probable nominación de su partido, el actual presidente tendrá algunas dificultades en la carrera en comparación con 2020, cuando Trump estaba sumido en problemas internos. Sin embargo, el multimillonario tampoco tendrá un camino muy tranquilo en la disputa, situación que podría crear un escenario impredecible para noviembre.


La categoría “latina” en el análisis de las contiendas electorales estadounidenses

¿Cómo está el corazón político latino tras Trump y sus medidas antiinmigración? Además, ¿cuál es la respuesta actual a las acciones del presidente Biden, quien, en sus campañas, construyó la imagen de un personaje campeón que cambiaría el escenario? ¿Cuál es la opinión de la población latina y cuáles son sus expectativas para este año electoral? Estas son algunas de las preguntas que surgen al pensar en los desafíos electorales que enfrenta Estados Unidos en 2024.


Es necesario, primero que nada, entender en qué consiste este grupo y su diversidad, pues hay 32 millones de latinos con derecho a voto; por cada cinco nativos americanos elegibles para votar, uno es latino, dice el director de investigaciones sobre raza y etnicidad del Pew Research Center. Las comunidades hispanas son, en su mayoría, componentes de la clase trabajadora, lo que significa que sus principales preocupaciones son la economía, la educación y la salud, y, por tanto, la búsqueda es de un discurso que aporte confianza y seguridad en estos ámbitos.


Históricamente, el electorado latino ha adherido al aspecto democrático desde los años 1930, cuando la Gran Depresión devastó el territorio norteamericano; esto fue principalmente consecuencia de las medidas tomadas por Roosevelt con el New Deal, encaminadas a combatir el desempleo y la pobreza en ese período, beneficiando a la comunidad trabajadora hispana. Además, es interesante mencionar que el Partido Republicano contó con el apoyo de grandes empresarios, diferenciándose de la realidad de gran parte de los inmigrantes latinos en Estados Unidos.


La categoría “latino” es una categoría incómoda y compleja, ya que es diversa en muchos aspectos. Nació en la década de 1960, con fines analíticos, cuando los hispanos exigían pertenencia a los censos en busca de un acceso integral a la asistencia pública básica. “Los demógrafos sabían que necesitaban una categoría lo suficientemente amplia como para tener poder estadístico. [...] Algunas personas propusieron ser clasificados como pardos, pero eso era complicado porque también podían incluir a filipinos o personas del sudeste asiático”, observó Cristina Mora, socióloga de la Universidad de California en Berkeley. Es necesario resaltar, por tanto, cómo el compromiso político existente de categorizar a diferentes comunidades como “hispanas” o “latinas” no fue suficiente para permitir la identificación y representación regular de grupos tan heterogéneos.


Utilizando el término “electorado latino” como principal instrumento para un acercamiento escrito a la comunidad inmigrante latinoamericana y sus manifestaciones, es posible hablar de un escenario que llama la atención: la paulatina transición del electorado hispano al voto republicano. La contribución electoral de las comunidades latinas es decisiva para el futuro de Estados Unidos y, observado tal movimiento, este futuro puede escribirse de manera diferente a lo esperado. Para comprender la tendencia creciente del número de inmigrantes que apoyan al expresidente Donald Trump, la emisora Deutsche Welle (DW) entrevistó a tres ciudadanos estadounidenses que seguirán al lado republicano en estas elecciones, siendo uno de ellos de origen hispano. Jesús Márquez, hijo de inmigrantes, fue uno de los miembros designados del Consejo Asesor Latino de la campaña de Trump y habló sobre sus motivaciones para adoptar el lado republicano en 2024, motivaciones que son comunes entre muchos otros latinos en Estados Unidos: más allá de sus elecciones primarias. Preocupaciones en materia de economía, educación y salud, Márquez habla de la situación en la frontera, con argumentos distintos a los esperados, ya que están en contra del ingreso de inmigrantes. De hecho, muchos latinos que ahora son ciudadanos están insatisfechos con las políticas públicas actuales en la frontera, en términos de permitir el ingreso de nuevos inmigrantes; esto se debe a que las medidas actuales permitirían que estos nuevos inmigrantes tuvieran acceso a servicios sociales que otros hispanos , ya habitantes del territorio y que no se encuentren en una emergencia similar, no tienen.


Además, un argumento recurrente para justificar el voto al presidente Donald Trump en las próximas elecciones es la defensa de su carácter implacable como sinónimo de “necesidad”, para que “pueda retomar las riendas del país”. Mientras que el lado demócrata actúa de manera inclusiva y cuidadosa, apuntando a la “corrección política”, la esencia directa de “hacer que suceda” que ha sido propagada por los republicanos se ha destacado, principalmente, entre las comunidades minoritarias y/o frágiles –como muchos inmigrantes – cuya preocupación es tener pan en la mesa al final del día. En otras palabras, es posible tomar en cuenta que el avance republicano es una realidad producto de la forma en que el Partido Demócrata trató al electorado hispano, como si la identidad racial fuera lo único que lleva a un elector a votar, desconociendo así la urgencia de la clase trabajadora latina por la reapertura de la economía – mientras, por otro lado, Trump utilizó el contacto directo con los latinos y sus expectativas para entender cómo podría alinear sus intenciones1.


Otro factor, no menos importante, que se suma al crecimiento de inmigrantes que adhieren al discurso republicano es el cultivo de la “amenaza comunista”. En entrevista con elWashingtonPost, Debbie Mucarsel-Powell, inmigrante demócrata y primera activa Sudamericana en el Congreso de Estados Unidos, mencionó: “Algunos miembros de mi partido han comenzado a culpar al miedo de los latinos al socialismo como la causa de las derrotas demócratas. Sí, el miedo al socialismo es real y está profundamente arraigado para quienes hemos huido de la violencia y la persecución. Sé de primera mano el terrible impacto que esos recuerdos pueden tener en inmigrantes como yo; mi propio padre fue asesinado por un criminal armado en Ecuador”.


La retórica, sin embargo, sobre los peligros del socialismo, si bien se forja en contextos en los que el uso del término se vuelve ventajoso en el sentido de disputas electorales, no es nueva, y se necesita cautela al identificar las principales razones que corresponden a la migración de poblaciones latinoamericanas al país – además en qué medida, Estados Unidos y las elites globales han reflexionado sobre estoscasos.


Según un cuadro de análisis elaborado a partir de la observación de las posibilidades de voto en las próximas elecciones de Estados Unidos por The New York Times en conjunto con SiennaCollege, se observó una estadística que parecería contradecir las afirmaciones si volvemos al escenario de las últimas elecciones que eligieron al actual presidente: se encontró que el número de hispanos que mostró apoyo al expresidente Donald Trump es el 46%, mientras que el apoyo a la reelección de Joe Biden fue solo del 40% entre los latinos, lo que indica que Trump ha logrado avances notables para llegar a los votantes de ascendencia latina. Sin embargo, estas cifras no reflejan el cambio en los enfoques ideológicos dentro del Partido Republicano; de hecho, es precisamente la justificación del “puño firme” de Trump la que aparece como la motivación detrás del cambio de escenario de los últimos 4 años. Según The New York Times, “Las encuestas han demostrado repetidamente que estos votantes dicen que se sienten atraídos por las posiciones de Trump sobre la economía y la frontera. Muchos votantes latinos también señalan la personalidad de Trump como una parte clave de su atractivo” (traducción libre).


Para entender cómo sucedió esto, es necesario analizar, entre otros factores, cuáles han sido los mecanismos utilizados, en particular, por el Partido Republicano, para captar votantes, centrándose principalmente en qué hay detrás del cambio de escenario político observado. En el sentido del llamado de los republicanos, la acción de “Libre Initiative”: una organización sin fines de lucro que, financiada por los Hermanos Koch, dedicados a ampliar el alcance de la voz de la comunidad hispana en Estados Unidos, a través del sentido de creación y desarrollo de oportunidades. También es posible observar una similitud en el discurso de Donald Trump para acercarse al electorado latino, al comparar los argumentos utilizados en las elecciones de 2016 y 2020, así como los que se acercan este año. En 2016, el apoyo de los latinoamericanos al expresidente era inferior al 30%, mientras que en 2020 esta cifra aumentó a un tercio. En mayo de 2023, la división de intenciones de voto estaba dividida casi por igual entre Trump y Biden con respecto a las elecciones de 2024, según un estudio de la Universidad deQuinnipiac. Así, fue visible el crecimiento del apoyo de individuos de la comunidad hispana a los ideales propagados por el Partido Republicano. Algo recurrente en los discursos del expresidente en cuestión es el uso de factores religiosos y culturales basados ​​en diferencias geográficas y demográficas dentro de Estados Unidos, utilizando mensajes dirigidos a ciudadanos con vínculos cubanos, venezolanos y centroamericanos. A modo de ejemplo, Donald Trump ha calificado repetidamente al actual presidente y las medidas de su partido como “comunistas”, provocando asociaciones negativas entre los votantes con los gobiernos de los que huyeron. Según Eduardo A. Gamarra (nacido en Bolivia, profesor de política y relaciones internacionales en la Universidad Internacional de Florida), a pesar de estar distorsionado, el discurso de Trump es perfectamente estratégico: “Esto lo refuerzan los medios locales, mucho más que la campaña de Trump y otros republicanos dicen: que esta administración, la administración Biden, se está comportando como se comportan las repúblicas bananeras, por lo que eso resuena con mucha fuerza aquí. [...] Es una gran política, pero no es verdad” (traducción libre).


De un lado, Donald Trump, y del otro, Joe Biden. Por primera vez en mucho tiempo, las expectativas han estado desalineadas y es difícil predecir lo que deparará el futuro para los Estados Unidos de América. Esta vez tendremos que esperar y ver.


1Recomendamos el artículo del diario El País, que identifica, a través de medios conceptuales y gráficos, la raíz de la complejidad social, identitaria y política de las comunidades latinas en Estados Unidos, en términos de la forma en que se manifiestan en el ámbito político y electoral:

<https://brasil.elpais.com/internacional/2021-01-04/identidade-voto-e-futuro-o-coracao-politico-latino-depois-de-trump.html>.  

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