Un artículo de Associated Press aborda la evolución y los desafíos de la participación femenina, especialmente de las mujeres negras y latinas, en los sindicatos estadounidenses. Aunque las mujeres representan alrededor de la mitad de los miembros de los sindicatos, su presencia en puestos de liderazgo ha disminuido, incluso en sectores donde son mayoría. Sin embargo, hay señales de que esta realidad está cambiando, con el ascenso de mujeres negras a puestos destacados en algunos de los sindicatos más grandes del país.
La presencia de mujeres negras y latinas en el liderazgo sindical ha sido crucial para impulsar cambios significativos en las negociaciones, como la inclusión de beneficios familiares como la licencia de maternidad y la atención médica, así como protecciones contra el acoso sexual. Según el artículo, el historiador Lane Windham señala que, aunque el estereotipo de los sindicatos es el de hombres blancos en profesiones industriales, la realidad muestra que dos tercios de los trabajadores bajo contrato sindical son mujeres y/o personas de color. Esto refleja un cambio en la dinámica sindical, especialmente en sectores como la hostelería, donde Gwen Mills, la primera mujer en presidir el sindicato UNITE HERE, ha liderado a más de 12.000 trabajadores en huelga para exigir mejores salarios y condiciones laborales.
Las mujeres negras y latinas enfrentan desafíos interseccionales de racismo y sexismo en el lugar de trabajo, pero esta realidad también las motiva a luchar por más justicia. Según la publicación, han desempeñado un papel clave en el crecimiento de los sindicatos, como lo demuestran los aumentos en la afiliación sindical entre mujeres negras y latinas, mientras que la afiliación entre otras categorías, incluidos los hombres blancos, ha disminuido. La mayor representación de estas mujeres en roles de liderazgo tiene raíces históricas, pero el movimiento #MeToo y la pandemia han acelerado este aumento al poner de relieve a los trabajadores esenciales, muchos de los cuales son mujeres y minorías.
Ejemplos de diversos líderes sindicales, como Becky Pringle (NEA), Bonnie Castillo (NNU) y April Verrett (SEIU), muestran cómo las mujeres han utilizado su influencia para lograr cambios, no solo en cuestiones laborales, sino también en justicia social. Sin embargo, como señala la historiadora Emily Twarog, todavía queda mucho por hacer, especialmente en campos dominados por hombres como la construcción y la manufactura, donde el cambio cultural ha sido más lento y el acoso y los prejuicios sexuales siguen siendo problemas graves.
Sectores como el de educación, hostelería y
azafatas destacan por sus logros bajo un liderazgo femenino. En el campo de la
educación, sindicatos como el Chicago Teachers Union han ampliado el alcance de
las negociaciones para incluir cuestiones sociales como la vivienda asequible.
En hostelería, trabajadoras como María Mata han liderado la implementación de
medidas de seguridad contra el acoso sexual como los botones de pánico. Y en la
industria de las aerolíneas, líderes sindicales como Keturah Johnson han estado
luchando por estándares uniformes más inclusivos para los asistentes de vuelo,
presionando para lograr cambios significativos en varias aerolíneas.